9 ¿Es acaso mi heredad para mí como ave de rapiña de varios colores? ¿Están las aves de rapiña por todos lados contra ella? Id, reunid a todas las bestias del campo, traedlas para que la devoren.
10 Muchos pastores han arruinado mi viña, han hollado mi heredad; han hecho de mi hermosa heredad un desierto desolado.
11 Fue hecha una desolación, llora sobre mí desolada; todo el país ha sido desolado, porque no hubo nadie a quien le importara.
12 Sobre todas las alturas desoladas del desierto han venido destructores, porque la espada del Señor devora de un extremo de la tierra al otro; no hay paz para nadie.
13 Han sembrado trigo y han segado espinos, se han esforzado sin provecho alguno. Avergonzaos, pues, de vuestras cosechas a causa de la ardiente ira del Señor.
14 Así dice el Señor en cuanto a todos mis malvados vecinos que atacan la heredad que he dado en posesión a mi pueblo Israel: He aquí los arrancaré de su tierra, y a la casa de Judá la arrancaré de en medio de ellos.
15 Y sucederá que después que los haya arrancado, volveré y les tendré compasión, y los haré regresar cada uno a su heredad y cada cual a su tierra.