28 El profeta que tenga un sueño, que cuente su sueño, pero el que tenga mi palabra, que hable mi palabra con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano?--declara el Señor.
29 ¿No es mi palabra como fuego--declara el Señor-- y como martillo que despedaza la roca?
30 Por tanto, he aquí, estoy contra los profetas--declara el Señor-- que se roban mis palabras el uno al otro.
31 He aquí, estoy contra los profetas--declara el Señor-- que usan sus lenguas y dicen: "ElSeñor} declara."
32 He aquí, estoy contra los que profetizan sueños falsos--declara el Señor-- y los cuentan y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y sus presunciones, cuando yo no los envié ni les di órdenes, ni son de provecho alguno para este pueblo--declara el Señor.
33 Y cuando te pregunte este pueblo, o el profeta, o sacerdote, diciendo: "¿Cuál es la profecía del Señor?", les dirás: "¿Cuál profecía?" El Señor declara: "Yo os abandonaré."
34 Y al profeta, al sacerdote o al pueblo que diga: "Profecía del Señor", traeré castigo sobre tal hombre y sobre su casa.