29 'Porque he aquí que comienzo a causar mal en esta ciudad que se llama por mi nombre, ¿y quedaréis vosotros sin castigo alguno? No quedaréis sin castigo, porque llamo a la espada contra todos los habitantes de la tierra'--declara el Señor de los ejércitos."
30 Tú, pues, profetizarás contra ellos todas estas palabras, y les dirás: "El Señor rugirá desde lo alto, y dará su voz desde su santa morada; rugirá fuertemente contra su rebaño. Dará gritos como los que pisan las uvas contra todos los habitantes de la tierra.
31 "Ha llegado el estruendo hasta el fin de la tierra, porque el Señor tiene un pleito contra las naciones; entra en juicio contra toda carne; a los impíos, los entrega a la espada"--declara el Señor.
32 Así dice el Señor de los ejércitos: He aquí, el mal va de nación en nación, y una gran tempestad se levanta de los confines de la tierra.
33 Y los muertos por el Señor en aquel día estarán desde un extremo de la tierra hasta el otro. No los llorarán, ni los recogerán, ni los sepultarán; serán como estiércol sobre la faz de la tierra.
34 Gemid, pastores, y clamad; revolcaos en ceniza , mayorales del rebaño; porque se han cumplido los días de vuestra matanza y de vuestra dispersión, y caeréis como vaso precioso.
35 No habrá huida para los pastores, ni escape para los mayorales del rebaño.