8 "Y acontecerá en aquel día"--declara el Señor de los ejércitos-- "que quebraré el yugo de su cerviz y romperé sus coyundas, y extraños no lo esclavizarán más,
9 sino que servirán al Señor su Dios, y a David su rey, a quien yo levantaré para ellos.
10 "Así que tú no temas, siervo mío Jacob"--declara el Señor-- "ni te atemorices, Israel; porque he aquí, te salvaré de lugar remoto, y a tu descendencia de la tierra de su cautiverio. Y volverá Jacob, y estará tranquilo y seguro, y nadie lo atemorizará.
11 "Porque yo estoy contigo"--declara el Señor-- "para salvarte; pues acabaré con todas las naciones entre las que te he esparcido, pero no acabaré contigo, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo."
12 Porque así dice el Señor: "Incurable es tu quebranto, y grave tu herida.
13 No hay quien defienda tu causa; para una llaga hay cura, pero no hay mejoría para ti.
14 "Todos tus amantes te han olvidado, ya no te buscan; porque con herida de enemigo te han herido, con castigo de hombre cruel, por lo grande de tu iniquidad y lo numeroso de tus pecados.