10 Oíd, naciones, la palabra del Señor, anunciad en las costas lejanas, y decid: El que dispersó a Israel lo reunirá, y lo guardará como un pastor a su rebaño.
11 Porque el Señor ha rescatado a Jacob, y lo ha redimido de manos más fuertes que él.
12 Vendrán y gritarán de júbilo en lo alto de Sion, y radiarán de gozo por la bondad del Señor: por el grano, por el vino y por el aceite, y por las crías de las ovejas y de las vacas. Su alma será como huerto regado, y nunca más languidecerán.
13 Entonces la virgen se alegrará en la danza, y los jóvenes y los ancianos a una; cambiaré su duelo en gozo, los consolaré y los alegraré de su tristeza.
14 Y llenaré con abundancia el alma de los sacerdotes, y mi pueblo se saciará de mi bondad--declara el Señor.
15 Así dice el Señor: Se oye una voz en Ramá, lamento y llanto amargo. Raquel llora por sus hijos; rehúsa ser consolada, por sus hijos que ya no existen.
16 Así dice el Señor: Reprime tu voz del llanto, y tus ojos de las lágrimas; hay pago para tu trabajo--declara el Señor--, pues volverán de la tierra del enemigo.