32 no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un esposo para ellos--declara el Señor;
33 porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días--declara el Señor--. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
34 Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: "Conoce al Señor", porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande--declara el Señor-- pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado.
35 Así dice el Señor, el que da el sol para luz del día, y las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar para que bramen sus olas; el Señor de los ejércitos es su nombre:
36 Si se apartan estas leyes de mi presencia--declara el Señor-- también la descendencia de Israel dejará de ser nación en mi presencia para siempre.
37 Así dice el Señor: Si los cielos arriba pueden medirse, y explorarse abajo los cimientos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron--declara el Señor.
38 He aquí, vienen días--declara el Señor-- en que la ciudad será reedificada para el Señor, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo.