24 Desamparada está Damasco; se ha vuelto para huir, y el pánico se ha apoderado de ella; angustia y dolores la oprimen como a mujer de parto.
25 ¿Cómo es que no ha sido abandonada la ciudad alabada, la ciudad de mi regocijo?
26 Por eso sus jóvenes caerán en sus calles, y todos los hombres de guerra serán silenciados en aquel día--declara el Señor de los ejércitos.
27 Y prenderé fuego al muro de Damasco que consumirá los palacios de Ben-adad.
28 Acerca de Cedar y de los reinos de Hazor, que derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia. Así dice el Señor: Levantaos, subid a Cedar y destruid a los hijos del oriente.
29 Sus tiendas y sus rebaños serán tomados; las cortinas de sus tiendas, todos sus bienes y sus camellos se los llevarán, y gritarán el uno al otro: "¡Terror por todas partes!"
30 Escapaos, huid; morad en las profundidades, habitantes de Hazor--declara el Señor--, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha concebido un plan contra vosotros, ha trazado un designio contra vosotros.