3 Oh, Señor, ¿no buscan tus ojos la verdad? Tú los heriste, mas no les dolió; tú los consumiste, mas ellos rehusaron recibir corrección. Endurecieron sus rostros más que la roca, rehusaron arrepentirse.
4 Entonces yo dije: Ciertamente estos sólo son gente ignorante, son necios, porque no conocen el camino del Señorni las ordenanzas de su Dios.
5 Me dirigiré a los grandes y les hablaré, porque ellos sí conocen el camino del Señory las ordenanzas de su Dios. Pero también todos ellos a una habían quebrado el yugo y roto las coyundas.
6 Por tanto los herirá el león de la selva, el lobo de los desiertos los destruirá; un leopardo acecha sus ciudades, y todo el que salga de ellas será despedazado, porque son muchas sus transgresiones, y numerosas sus apostasías.
7 ¿Por qué he de perdonarte por esto? Tus hijos me han abandonado y han jurado por lo que no es Dios. Cuando los sacié, cometieron adulterio y fueron en tropel a casa de las rameras.
8 Eran caballos cebados y fogosos, cada cual relinchando tras la mujer de su prójimo.
9 ¿No he de castigar a este pueblo?--declara el Señor. De una nación como ésta, ¿no he de vengarme?