3 Y el Señor dijo a Satanás: ¿Te has fijado en mi siervo Job? Porque no hay otro como él sobre la tierra, hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Y él todavía conserva su integridad, aunque tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa.
4 Respondió Satanás al Señor, y dijo: ¡Piel por piel! Sí, todo lo que el hombre tiene dará por su vida.
5 Sin embargo, extiende ahora tu mano y toca su hueso y su carne, verás si no te maldice en tu misma cara.
6 Y el Señor dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; pero guarda su vida.
7 Satanás salió de la presencia del Señor, e hirió a Job con llagas malignas desde la planta del pie hasta la coronilla.
8 Y Job tomó un tiesto para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas.
9 Entonces su mujer le dijo: ¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete.