32 El forastero no pasa la noche afuera, porque al viajero he abierto mis puertas.
33 ¿Acaso he cubierto mis transgresiones como Adán, ocultando en mi seno mi iniquidad,
34 porque temí a la gran multitud, o el desprecio de las familias me aterró, y guardé silencio y no salí de mi puerta?
35 ¡Quién me diera que alguien me oyera! He aquí mi firma. ¡Que me responda el Todopoderoso! Y la acusación que ha escrito mi adversario,
36 ciertamente yo la llevaría sobre mi hombro, y me la ceñiría como una corona.
37 Del número de mis pasos yo le daría cuenta, como a un príncipe me acercaría a El.
38 Si mi tierra clama contra mí, y sus surcos lloran juntos;