10 El abre sus oídos para la instrucción, y ordena que se vuelvan del mal.
11 Si escuchan y le sirven, acabarán sus días en prosperidad y sus años en delicias.
12 Pero si no escuchan, perecerán a espada, y morirán sin conocimiento.
13 Mas los impíos de corazón acumulan la ira; no claman pidiendo ayuda cuando El los ata.
14 Mueren en su juventud, y su vida perece entre los sodomitas de cultos paganos.
15 El libra al afligido en medio de su aflicción, y abre su oído en tiempos de opresión.
16 Entonces, en verdad, El te atrajo de la boca de la angustia, a un lugar espacioso, sin limitaciones, en lugar de aquélla; y lo que se puso sobre tu mesa estaba lleno de grosura.