11 Avergonzaos, labradores, gemid, viñadores, por el trigo y la cebada, porque la cosecha del campo se ha perdido.
12 La vid se seca, y se marchita la higuera; también el granado, la palmera y el manzano, todos los árboles del campo se secan. Ciertamente se seca la alegría de los hijos de los hombres.
13 Ceñíos de cilicio , y lamentaos, sacerdotes; gemid, ministros del altar. Venid, pasad la noche ceñidos de cilicio, ministros de mi Dios, porque sin ofrenda de cereal y sin libación ha quedado la casa de vuestro Dios.
14 Promulgad ayuno, convocad asamblea; congregad a los ancianos y a todos los habitantes de la tierra en la casa del Señor vuestro Dios, y clamad al Señor.
15 ¡Ay de ese día! Porque está cerca el día del Señor, y vendrá como destrucción del Todopoderoso.
16 ¿No ha sido suprimido el alimento de delante de nuestros ojos, y la alegría y el regocijo de la casa de nuestro Dios?
17 Las semillas se han secado bajo los terrones; los almacenes han sido asolados, los graneros derribados porque se secó el grano.