2 Y se le dio aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí, unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para reconocer toda la tierra.
3 Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti, que han entrado en tu casa, porque han venido para reconocer toda la tierra.
4 Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido, y dijo: Sí, los hombres vinieron a mí, pero yo no sabía de dónde eran.
5 Y sucedió que a la hora de cerrar la puerta, al oscurecer, los hombres salieron; no sé adónde fueron. Id de prisa tras ellos, que los alcanzaréis.
6 Pero ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los tallos de lino que había puesto en orden en el terrado.
7 Y ellos los persiguieron por el camino al Jordán hasta los vados, y tan pronto como los que los perseguían habían salido, fue cerrada la puerta.
8 Y antes que se acostaran, ella subió al terrado donde ellos estaban,