30 "Así pues, todo el diezmo de la tierra, de la semilla de la tierra o del fruto del árbol, es del Señor; es cosa consagrada al Señor.
31 "Y si un hombre quiere redimir parte de su diezmo, le añadirá la quinta parte.
32 "Todo diezmo del ganado o del rebaño, o sea, de todo lo que pasa debajo del cayado, la décima cabeza será cosa consagrada al Señor.
33 "No debe considerar si es bueno o malo, tampoco lo cambiará; si lo cambia, tanto el animal como su sustituto serán sagrados. No podrán ser redimidos."
34 Estos son los mandamientos que el Señor ordenó a Moisés para los hijos de Israel en el monte Sinaí.