11 Porque desde la salida del sol hasta su puesta, mi nombre será grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrecerá incienso a mi nombre, y ofrenda pura de cereal; pues grande será mi nombre entre las naciones--dice el Señor de los ejércitos.
12 Pero vosotros lo profanáis, cuando decís: "La mesa del Señor es inmunda, y su fruto, su alimento despreciable."
13 También decís: "¡Ay, qué fastidio!" Y con indiferencia lo despreciáis--dice el Señor de los ejércitos-- y traéis lo robado, o cojo, o enfermo; así traéis la ofrenda. ¿Aceptaré eso de vuestra mano?--dice el Señor.
14 ¡Maldito sea el engañador que tiene un macho en su rebaño, y lo promete, pero sacrifica un animal dañado al Señor! Porque yo soy el Gran Rey--dice el Señor de los ejércitos-- y mi nombre es temido entre las naciones.