17 Pero no redimirás el primogénito de buey, ni el primogénito de oveja, ni el primogénito de cabra; son sagrados. Rociarás su sangre en el altar y quemarás su grasa como ofrenda encendida, como aroma agradable al Señor.
18 Y su carne será para ti; así como el pecho de la ofrenda mecida y la pierna derecha son tuyas.
19 Todas las ofrendas de lo que es santo, que los hijos de Israel ofrezcan al Señor, las he dado a ti, a tus hijos y a tus hijas contigo, como porción perpetua; es un pacto permanente delante del Señor para ti y para tu descendencia contigo.
20 Entonces el Señor dijo a Aarón: No tendrás heredad en su tierra, ni tendrás posesión entre ellos; yo soy tu porción y tu herencia entre los hijos de Israel.
21 Y he aquí que yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, a cambio de su ministerio en el cual sirven, el ministerio de la tienda de reunión.
22 Y los hijos de Israel no se acercarán más a la tienda de reunión, no sea que carguen con un pecado y mueran.
23 Sólo los levitas servirán en el ministerio de la tienda de reunión, y ellos cargarán con la iniquidad del pueblo; será estatuto perpetuo por todas vuestras generaciones, y entre los hijos de Israel no tendrán heredad.