4 Mas yo he sido el Señor tu Dios desde la tierra de Egipto; no reconocerás a otro dios fuera de mí, pues no hay más salvador que yo.
5 Yo te cuidé en el desierto, en tierra muy seca.
6 Cuando comían sus pastos, se saciaron, y al estar saciados, se ensoberbeció su corazón; por tanto, se olvidaron de mí.
7 Seré, pues, para ellos como león; como leopardo junto al camino acecharé.
8 Como osa privada de sus cachorros, me enfrentaré a ellos y les desgarraré el pecho, y allí los devoraré como leona, como los desgarraría una bestia salvaje.
9 Tu destrucción vendrá, oh Israel, porque estás contra mí, contra tu ayuda.
10 ¿Dónde está ahora tu rey para que te salve en todas tus ciudades, y tus jueces de quienes me decías: Dame rey y príncipes?