1 Bendice, alma mía, al Señor. Señor, Dios mío, cuán grande eres; te has vestido de esplendor y de majestad,
2 cubriéndote de luz como con un manto, extendiendo los cielos como una cortina.
3 El es el que pone las vigas de sus altos aposentos en las aguas; el que hace de las nubes su carroza; el que anda sobre las alas del viento;
4 que hace de los vientos sus mensajeros, y de las llamas de fuego sus ministros.