1 En el Señor me refugio; ¿cómo decís a mi alma: Huye cual ave al monte?
2 Porque, he aquí, los impíos tensan el arco, preparan su saeta sobre la cuerda para flechar en lo oscuro a los rectos de corazón.
3 Si los fundamentos son destruidos; ¿qué puede hacer el justo?
4 El Señor está en su santo templo, el trono del Señor está en los cielos; sus ojos contemplan, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
5 El Señor prueba al justo y al impío, y su alma aborrece al que ama la violencia.