1 Dice el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
2 El Señor extenderá desde Sion tu poderoso cetro, diciendo: Domina en medio de tus enemigos.
3 Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder; en el esplendor de la santidad, desde el seno de la aurora; tu juventud es para ti como el rocío.
4 El Señor ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.