2 Porque a mí ha inclinado su oído; por tanto le invocaré mientras yo viva.
3 Los lazos de la muerte me rodearon, y los terrores del Seol vinieron sobre mí; angustia y tristeza encontré.
4 Invoqué entonces el nombre del Señor, diciendo: Te ruego, oh Señor: salva mi vida.
5 Clemente y justo es el Señor; sí, compasivo es nuestro Dios.
6 El Señor guarda a los sencillos; estaba yo postrado y me salvó.
7 Vuelve, alma mía, a tu reposo, porque el Señor te ha colmado de bienes.
8 Pues tú has rescatado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, mis pies de tropezar.