103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, más que la miel a mi boca.
104 De tus preceptos recibo entendimiento, por tanto aborrezco todo camino de mentira.
105 Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.
106 He jurado, y lo confirmaré, que guardaré tus justas ordenanzas.
107 Estoy profundamente afligido; Señor, vivifícame conforme a tu palabra.
108 Te ruego aceptes las ofrendas voluntarias de mi boca, oh Señor, y enséñame tus ordenanzas.
109 En peligro continuo está mi vida, con todo, no me olvido de tu ley.