5 Tu misericordia, oh Señor, se extiende hasta los cielos, tu fidelidad, hasta el firmamento.
6 Tu justicia es como los montes de Dios; tus juicios son como profundo abismo. Tú preservas, oh Señor, al hombre y al animal.
7 ¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de tus alas.
8 Se sacian de la abundancia de tu casa, y les das a beber del río de tus delicias.
9 Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz.
10 Continúa tu misericordia para con los que te conocen, y tu justicia para con los rectos de corazón.
11 Que no me alcance el pie del orgullo, ni me mueva la mano de los impíos.