1 Escucha mis palabras, oh Señor; considera mi lamento.
2 Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque es a ti a quien oro.
3 Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré.
4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el mal no mora contigo.
5 Los que se ensalzan no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad.