24 Con tu consejo me guiarás, y después me recibirás en gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra.
26 Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.
27 Porque he aquí, los que están lejos de ti perecerán; tú has destruido a todos los que te son infieles.
28 Mas para mí, estar cerca de Dios es mi bien; en Dios el Señor he puesto mi refugio, para contar todas tus obras.