1 Oh Dios, no permanezcas en silencio; no calles, oh Dios, ni te quedes quieto.
2 Porque, he aquí, tus enemigos rugen, y los que te aborrecen se han enaltecido.
3 Hacen planes astutos contra tu pueblo, y juntos conspiran contra tus protegidos.
4 Han dicho: Venid, y destruyámoslos como nación, para que ya no haya memoria del nombre de Israel.