18 Pues del Señor es nuestro escudo, y del Santo de Israel nuestro rey.
19 Una vez hablaste en visión a tus santos, y dijiste: He ayudado a un poderoso; he exaltado a uno escogido de entre el pueblo.
20 He hallado a David mi siervo; lo he ungido con mi óleo santo,
21 y con él estará siempre mi mano; mi brazo también lo fortalecerá.
22 No lo engañará el enemigo, ni lo afligirá el hijo de maldad.
23 Sino que yo aplastaré a sus adversarios delante de él, y heriré a los que lo aborrecen.
24 Con él estarán mi fidelidad y mi misericordia, y en mi nombre será exaltado su poder.