9 Porque por tu furor han declinado todos nuestros días; acabamos nuestros años como un suspiro.
10 Los días de nuestra vida llegan a setenta años; y en caso de mayor vigor, a ochenta años. Con todo, su orgullo es sólo trabajo y pesar, porque pronto pasa, y volamos.
11 ¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu furor conforme al temor que se te debe?
12 Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.
13 Vuelve, Señor; ¿hasta cuándo? y compadécete de tus siervos.
14 Sácianos por la mañana con tu misericordia, y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días.
15 Alégranos conforme a los días que nos afligiste, y a los años en que vimos adversidad.