3 Porque El te libra del lazo del cazador y de la pestilencia mortal.
4 Con sus plumas te cubre, y bajo sus alas hallas refugio; escudo y baluarte es su fidelidad.
5 No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día,
6 ni la pestilencia que anda en tinieblas, ni la destrucción que hace estragos en medio del día.
7 Aunque caigan mil a tu lado y diez mil a tu diestra, a ti no se acercará.
8 Con tus ojos mirarás y verás la paga de los impíos.
9 Porque has puesto al Señor, que es mi refugio, al Altísimo, por tu habitación.