10 Desde más allá de los ríos de Etiopía mis adoradores, mis dispersos, traerán mi ofrenda.
11 Aquel día no te avergonzarás de ninguna de tus acciones con que te rebelaste contra mí; porque entonces yo quitaré de en medio de ti a los que se regocijan en tu orgullo, y nunca más te envanecerás en mi santo monte.
12 Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, que se refugiará en el nombre del Señor.
13 El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni se hallará en su boca lengua engañosa, porque ellos se alimentarán y reposarán sin que nadie los atemorice.
14 Canta jubilosa, hija de Sion. Lanza gritos de alegría, Israel. Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén.
15 El Señor ha retirado sus juicios contra ti, ha expulsado a tus enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti; ya no temerás mal alguno.
16 Aquel día le dirán a Jerusalén: No temas, Sion; no desfallezcan tus manos.