14 Y quebré mi segundo cayado, Unión, para romper la hermandad entre Judá e Israel.
15 Y el Señor me dijo: Toma otra vez los aperos de un pastor insensato.
16 Porque he aquí, yo voy a levantar en la tierra un pastor que no se preocupará de la que perece, ni buscará a la descarriada, ni curará a la herida, ni sustentará a la fuerte, sino que comerá la carne de la cebada y arrancará sus pezuñas.
17 ¡Ay del pastor inútil que abandona el rebaño! ¡Caiga la espada sobre su brazo y sobre su ojo derecho! Su brazo se secará por completo, y su ojo derecho totalmente se oscurecerá.