3 Entonces saldrá el Señor y peleará contra aquellas naciones, como cuando El peleó el día de la batalla.
4 Sus pies se posarán aquel día en el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al oriente; y el monte de los Olivos se hendirá por el medio, de oriente a occidente, formando un enorme valle, y una mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.
5 Y huiréis al valle de mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis tal como huisteis a causa del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Y vendrá el Señor mi Dios, y todos los santos con El.
6 Y sucederá que en aquel día no habrá luz; las luminarias se oscurecerán.
7 Será un día único, conocido sólo del Señor, ni día ni noche; y sucederá que a la hora de la tarde habrá luz.
8 En aquel día sucederá que brotarán aguas vivas de Jerusalén, una mitad hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental, será lo mismo en verano que en invierno.
9 Y el Señor será rey sobre toda la tierra; aquel día el Señor será uno, y uno su nombre.