3 Y he aquí, cuando el ángel que hablaba conmigo salía, otro ángel le salió al encuentro,
4 y le dijo: Corre, habla a ese joven, y dile: "Sin muros será habitada Jerusalén, a causa de la multitud de hombres y de ganados dentro de ella.
5 "Y yo seré para ella"--declara el Señor-- "una muralla de fuego en derredor, y gloria seré en medio de ella."
6 ¡Ea, ea! Huid de la tierra del norte--declara el Señor-- porque como a los cuatro vientos del cielo os dispersé yo--declara el Señor.
7 ¡Ea, Sion, tú que moras con la hija de Babilonia, escápate!
8 Porque así dice el Señor de los ejércitos, cuya gloria me ha enviado contra las naciones que os despojaron, porque el que os toca, toca la niña de su ojo:
9 He aquí, alzaré mi mano contra ellas, y serán despojo para sus esclavos. Entonces sabréis que el Señor de los ejércitos me ha enviado.