16 También bauticé a los de la casa de Estéfanas; por lo demás, no sé si bauticé a algún otro.
17 Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, no con palabras elocuentes, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
18 Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios.
19 Porque está escrito: Destruire la sabiduria de los sabios, y el entendimiento de los inteligentes desechare.
20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el polemista de este siglo? ¿No ha hecho Dios que la sabiduría de este mundo sea necedad?
21 Porque ya que en la sabiduría de Dios el mundo no conoció a Dios por medio de su propia sabiduría, agradó a Dios, mediante la necedad de la predicación, salvar a los que creen.
22 Porque en verdad los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría;