6 Pues algunos, desviándose de estas cosas, se han apartado hacia una vana palabrería,
7 queriendo ser maestros de la ley, aunque no entienden lo que dicen ni las cosas acerca de las cuales hacen declaraciones categóricas.
8 Pero nosotros sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente,
9 reconociendo esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,
10 para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina,
11 según el glorioso evangelio del Dios bendito, que me ha sido encomendado.
12 Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me ha fortalecido, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio;