8 A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia: anunciar a los gentiles las inescrutables riquezas de Cristo,
9 y sacar a luz cuál es la dispensación del misterio que por los siglos ha estado oculto en Dios, creador de todas las cosas;
10 a fin de que la infinita sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en las regiones celestiales,
11 conforme al propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor,
12 en quien tenemos libertad y acceso a Dios con confianza por medio de la fe en El.
13 Ruego, por tanto, que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, porque son vuestra gloria).
14 Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,