22 Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería:
23 que el Cristo había de padecer, y que por motivo de su resurrección de entre los muertos, El debía ser el primero en proclamar luz tanto al pueblo judío como a los gentiles.
24 Mientras Pablo decía esto en su defensa, Festo dijo a gran voz: ¡Pablo, estás loco! ¡Tu mucho saber te está haciendo perder la cabeza!
25 Mas Pablo dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura.
26 Porque el rey entiende estas cosas, y también le hablo con confianza, porque estoy persuadido de que él no ignora nada de esto; pues esto no se ha hecho en secreto.
27 Rey Agripa, ¿crees en los profetas? Yo sé que crees.
28 Y Agripa respondió a Pablo: En poco tiempo me persuadirás a que me haga cristiano.