14 Por tanto, proponed en vuestros corazones no preparar de antemano vuestra defensa;
15 porque yo os daré palabras y sabiduría que ninguno de vuestros adversarios podrá resistir ni refutar.
16 Pero seréis entregados aun por padres, hermanos, parientes y amigos; y matarán a algunos de vosotros,
17 y seréis odiados de todos por causa de mi nombre.
18 Sin embargo, ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
19 Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas.
20 Pero cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su desolación está cerca.