18 Los principales sacerdotes y los escribas oyeron esto y buscaban cómo destruirle, porque le tenían miedo, pues toda la multitud estaba admirada de su enseñanza.
19 Y cuando atardecía, solían salir fuera de la ciudad.
20 Por la mañana, cuando pasaban, vieron la higuera seca desde las raíces.
21 Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Rabí, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
22 Y Jesús respondió, diciéndoles: Tened fe en Dios.
23 En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: "Quítate y arrójate al mar", y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido.
24 Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis, creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas .