10 Entonces le rogaba con insistencia que no los enviara fuera de la tierra.
11 Y había allí una gran piara de cerdos paciendo junto al monte.
12 Y los demonios le rogaron, diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.
13 Y El les dio permiso. Y saliendo los espíritus inmundos, entraron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se precipitó por un despeñadero al mar, y en el mar se ahogaron.
14 Y los que cuidaban los cerdos huyeron y lo contaron en la ciudad y por los campos. Y la gente vino a ver qué era lo que había sucedido.
15 Y vinieron a Jesús, y vieron al que había estado endemoniado, sentado, vestido y en su cabal juicio, el mismo que había tenido la legión; y tuvieron miedo.
16 Y los que lo habían visto les describieron cómo le había sucedido esto al endemoniado, y lo de los cerdos.