5 Y él, arrojando las piezas de plata en el santuario, se marchó; y fue y se ahorcó.
6 Y los principales sacerdotes tomaron las piezas de plata, y dijeron: No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, puesto que es precio de sangre.
7 Y después de celebrar consejo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para sepultura de los forasteros.
8 Por eso ese campo se ha llamado Campo de Sangre hasta hoy.
9 Entonces se cumplió lo anunciado por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaronlas treinta piezas de plata, el precio de aquel cuyo precio habia sido fijado por los hijos de Israel;
10 y las dieronpor el Campo del Alfarero, como el Señor me habia ordenado.
11 Y Jesús compareció delante del gobernador, y éste le interrogó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.