17 Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo.
18 Porque el que de esta manera sirve a Cristo, es aceptable a Dios y aprobado por los hombres.
19 Así que procuremos lo que contribuye a la paz y a la edificación mutua.
20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. En realidad, todas las cosas son limpias, pero son malas para el hombre que escandaliza a otro al comer.
21 Es mejor no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada en que tu hermano tropiece.
22 La fe que tú tienes, tenla conforme a tu propia convicción delante de Dios. Dichoso el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
23 Pero el que duda, si come se condena, porque no lo hace por fe; y todo lo que no procede de fe, es pecado.