7 Entonces construyó en el monte que hay frente a Jerusalén un santuario a Quemós, abominable ídolo de Moab, y otro a Milcón, abominable ídolo de los amonitas.
8 Y lo mismo hizo para todas sus mujeres extranjeras, que quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.
9 El Señor se encolerizó contra Salomón por haber apartado su corazón del Señor, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces,
10 y que le había ordenado expresamente no seguir a otros dioses. Pero Salomón había desobedecido la orden del Señor.
11 Entonces el Señor dijo a Salomón:— Por haber actuado así conmigo, por no haber guardado mi alianza y las leyes que te di, te voy a quitar el reino para dárselo a uno de tus servidores.
12 Pero no lo haré mientras vivas, en consideración a tu padre David, sino que se lo quitaré a tu hijo.
13 Y tampoco le quitaré todo el reino, pues dejaré una tribu a tu hijo, en consideración a David, tu padre, y a Jerusalén, mi ciudad preferida.