27 El rey Roboán los sustituyó con escudos de bronce y los puso al cuidado de los jefes de la escolta que custodiaban la entrada del palacio real.
28 Cada vez que el rey entraba al Templo del Señor, la escolta los llevaba y luego los devolvía a la sala de guardia.
29 El resto de la historia de Roboán y todo lo que hizo está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Judá.
30 Roboán y Jeroboán estuvieron siempre en guerra.
31 Cuando murió Roboán, fue enterrado con sus antepasados en la ciudad de David. Su hijo Abías le sucedió como rey.