5 reafirmaré para siempre tu reinado sobre Israel, tal como prometí a tu padre David: “No te faltarán descendientes en el trono de Israel”.
6 Pero si ustedes y sus hijos me abandonan, si dejan de observar los mandamientos y preceptos que les he dado y se van a servir y a adorar a otros dioses,
7 arrancaré a Israel de la tierra que le he dado, rechazaré este Templo que he consagrado a mi nombre, e Israel quedará convertido en refrán y burla de todos los pueblos.
8 Este Templo quedará en ruinas y todo el que pase a su lado silbará extrañado y preguntará: “¿Por qué ha tratado así el Señor a este país y a este Templo?”.
9 Entonces le responderán: “Porque abandonaron al Señor, su Dios, que sacó a sus antepasados de Egipto, y se aferraron a otros dioses para adorarlos y servirlos. Por eso el Señor ha hecho caer sobre ellos todos estos castigos”.
10 En un período de veinte años Salomón construyó los dos edificios: el Templo del Señor y el palacio real.
11 Jirán, el rey de Tiro, proporcionó a Salomón madera de cedro y de pino y todo el oro que quiso. Entonces el rey Salomón entregó a Jirán veinte ciudades en la región de Galilea.