20 Jesé preparó un asno, tomó pan, un pellejo de vino y un cabrito y se los envió a Saúl con su hijo David.
21 David llegó y se presentó ante Saúl. Este le tomó mucho cariño y lo hizo su escudero.
22 Luego mandó decir a Jesé:— Deja que David se quede a mi servicio, pues me ha caído bien.
23 Y cuando el mal espíritu atacaba a Saúl, David tomaba el arpa y se ponía a tocar. Entonces Saúl se calmaba, se sentía mejor y se le pasaba el mal espíritu.