18 diciéndole:— Mañana es luna nueva y se te echará de menos, pues tu asiento estará vacío.
19 Pasado mañana tu ausencia se notará aún más. Entonces te vas al lugar donde te escondiste la otra vez y te quedas junto al montón de piedras.
20 Yo lanzaré tres flechas en esa dirección, como si tirase al blanco;
21 luego mandaré al criado a buscarlas. Si le digo: “Mira, las flechas están más acá, recógelas”, entonces puedes venir, pues estás a salvo y no hay peligro, ¡vive Dios!
22 Pero si le digo al mozo: “Mira, las flechas están más allá”, entonces márchate, pues el Señor quiere que te vayas.
23 En cuanto a lo que hemos hablado tú y yo, el Señor es testigo entre los dos para siempre.
24 David se escondió en el campo y cuando llegó la luna nueva el rey asistió al banquete