11 Sólo algunas personas de Aser, Manasés y Zabulón se arrepintieron y acudieron a Jerusalén.
12 En cambio, en Judá Dios los movió a cumplir de forma unánime el decreto del rey y de las autoridades, a instancias del Señor.
13 Mucha gente se reunió en Jerusalén para celebrar la fiesta de los Panes sin levadura en el segundo mes, formando una asamblea muy numerosa.
14 Comenzaron por destruir todos los altares y lugares para quemar incienso que había en Jerusalén, y los arrojaron al torrente Cedrón.
15 El día catorce del mes segundo sacrificaron el cordero pascual. Los sacerdotes y levitas, arrepentidos, se purificaron y llevaron holocaustos al Templo del Señor.
16 Luego ocuparon sus puestos, según lo prescrito en la ley de Moisés, el hombre de Dios: los sacerdotes derramaban la sangre que recibían de los levitas.
17 Como muchos de la asamblea no se habían purificado, los levitas se encargaron de sacrificar los corderos pascuales en lugar de todos los que no estaban suficientemente limpios a fin de consagrarlos al Señor.