1 Una vez concluidos los tratados, Lisias regresó a la corte real, en tanto que los judíos se dedicaban a las labores del campo.
2 Pero algunos jefes militares con mando en la región no dejaban que los judíos disfrutaran de paz y tranquilidad: eran Timoteo y Apolonio, hijo de Geneo, Jerónimo y Demofón, y además Nicanor, jefe de las fuerzas de Chipre.
3 Por su parte, los habitantes de Jope cometieron un crimen terrible: invitaron a los judíos que allí residían a subir con sus mujeres y sus hijos a unos barcos que habían preparado, tal como si entre unos y otros no hubiera ni asomo de enemistad,
4 sino más bien para cumplir lo decidido por los habitantes de la ciudad. Los judíos, que ansiaban vivir en paz y no sospechaban mal alguno, aceptaron; pero, una vez en alta mar, los de Jope los arrojaron al mar y murieron no menos de doscientas personas.
5 Cuando Judas se enteró de aquella crueldad cometida contra sus compatriotas, reunió a los hombres que iban con él,