28 Los judíos, habiendo invocado a Dios soberano, que con su poder aplasta las fuerzas enemigas, tomaron la ciudad y mataron a unas veinticinco mil personas de las que estaban dentro.
29 Luego se pusieron nuevamente en marcha y se dirigieron a Escitópolis, ciudad distante de Jerusalén unos ciento diez kilómetros.
30 Pero como los judíos allí residentes atestiguaron que los habitantes de Escitópolis los habían tratado con benevolencia y los habían favorecido en situaciones precarias,
31 Judas y sus compañeros les dieron las gracias y los exhortaron a seguir manteniendo buenas relaciones con los judíos. Después regresaron a Jerusalén, porque ya se acercaba la fiesta de las Semanas.
32 Pasada la fiesta de Pentecostés, se pusieron en marcha contra Gorgias, gobernador de Idumea,
33 el cual se presentó a combate con tres mil soldados de infantería y cuatrocientos de caballería.
34 En la batalla cayeron algunos judíos.